¿Quién no ha tenido nunca una caries? Si conoces a muchas personas que te dicen que no… alguien te está mintiendo. Y es que el 95% de la población mayor de 35 años ha padecido caries alguna vez en su vida. Un problema que sufrimos en edad adulta, pero que no es, ni mucho menos, ajena en las etapas más tempranas de nuestra vida, pues, según las estadísticas, más del 30% de los niños de 5 a 6 años las sufren y casi el 40% de preadolescentes, también.

Y es que despistarse en la higiene bucodental es, por desgracia, un hábito en el que todos caemos de vez en cuando y principal causa de su aparición: las comidas y cenas fuera de casa, el ritmo más relajado y descuidado de vida en las vacaciones…

Prácticamente nadie está a salvo de las caries, producidas por el ácido generado desde las bacterias que habitan en la cavidad bucal, y que forman la placa bacteriana y el sarro que, como tantas veces te habrá contado tu dentista de confianza, producen gingivitis y hasta periodontitis en el caso más avanzado de la enfermedad de las encías.

Las caries, las protagonistas que nos ocupan en nuestra entrada de blog de hoy, destruyen la pieza dental, atacando los nervios y pudiendo a llegar a generar un dolor muy intenso en el afectado. Además, el color del diente pasa a ser más oscuro, ya sea en general o por manchas negras en su superficie, y sufrimos hipersensibilidad a los alimentos muy fríos o muy calientes, que nos hacen rechazarlos en su consumo y, nuevamente, nos envían la señal de alerta del dolor.

Para prevenirlas y eliminarlas, como siempre, te recomendamos estar sometido/a a una supervisión periódica por un dentista al que acudas cada cierto tiempo a revisión, y no solo cuando surge un problema, que es entonces cuando se hace más difícil de sortear.

Sin embargo, te damos cinco consejos para adelantarte a su aparición en la medida de lo posible:

• Aumenta tu higiene bucodental: es tu gran aliada para prevenir la aparición de caries y de tantas otras enfermedades. Lleva a tres, si no lo has hecho ya, el número de cepillados diarios después de cada ingesta de comida, e incluye la lengua en el mismo. Además, sería interesante que añadieras hilo dental y colutorio para una higiene más completa.
• Evita alimentos azucarados: es el caso de ‘snacks’, alimentos ultraprocesados, cierta bollería, etc. Intenta ir reduciendo poco a poco la cantidad de azúcar refinado que le añades a tu café, por ejemplo.
• Alimentos que ayudan: hay otros alimentos muy sanos y deliciosos que nos echan una mano en nuestra higiene bucodental. Es el caso de la leche, el queso, multitud de frutas y verduras -piña, sandía, fresa, manzana…-, frutos secos, té, etc.
• Pasta de dientes con flúor: el flúor es uno de los grandes enemigos de las caries, por lo que si optas por un dentífrico rico en flúor estarás haciéndote un favor.
• Limpiezas profesionales: son recomendables dos al año. Una limpieza bucodental profesional es la más exhaustiva a la que puedes someter tu boca y un valor seguro de salud e higiene.