Siempre visitar a tu dentista, pues puede que también esté relacionado con otras causas ajenas al medio externo: caries, enfermedades de las encías, esmalte dental desgastado, dientes rotos o astillados.

Trata de cambiar tu alimentación. Debemos evitar aquellos alimentos fríos o muy azucarados que pueden debilitar el esmalte dental y acentuar aún más la sensibilidad.

Evita los malos hábitos. Cortar con los dientes, utilizar mondadientes de madera, apretar los dientes excesivamente o masticar demasiado fuerte.

Cuida aún más tu higiente dental. Como por ejemplo utilizar seda dental además del cepillado. También en cuanto a la pasta dental, podemos cambiarla por una suave y especial para esmaltes sensibles.

Cuidado con las pastas blanqueadoras, su uso excesivo puede desgastar el esmalte de los dientes, causando hipersensibilidad. Con respecto a los cepillos de dientes, es aconsejable que sea de cerdas suaves y no abusar del él utilizando en su lugar la seda dental.

Haz del flúor tu mejor aliado. Pastas dentales fluoradas o enjuagues pueden ayudar mucho a tratar el problema de la sensibilidad dental.

¿El dolor persiste más de un minuto? En este caso, es hora de visitar al dentista. Un tratamiento con flúor o revestir los dientes con carillas de porcelana puede reducir la sensibilidad en gran medida.