¿Estoy usando una pasta de dientes realmente efectiva?

En el mercado actual, podemos encontrar una gran variedad de pastas dentífricas. Las hay de todo tipo: blanqueantes, anti-sarro, especiales para la gingivitis, para la sensibilidad dental…pero también existen otras: los dentífricos que no hacen nada. La clave reside en la composición de las diferentes pastas, así que debemos estar atentos para elegir la que más nos convenga. Esto es lo que debes tener en cuenta para saber si un dentífrico es bueno o no.

La diferencia está en el flúor

Prácticamente todas las pastas dentífricas contienen los mismos elementos:

• Agentes abrasivos, como silicatos y carbonato de calcio, que eliminan bacterias, restos de comida y manchas en los dientes.
• Sustancias humectantes, para que la pasta se mantenga húmeda. Un ejemplo es el glicerol.
• Espesantes, mantienen la textura y el grosor del dentífrico.
• Detergentes, para generar la espuma al cepillar los dientes.
• Flúor, este mineral es el elemento más importante de todos y de su cantidad dependerá si la pasta de dientes es eficaz o no. Tal es su importancia que vamos a desarrollar sus cualidades en profundidad.

El flúor es el responsable directo de la mejora en la salud bucodental global en los últimos 50 años. Especialmente eficaz resulta su acción contra la caries, verdadera pandemia aún en la actualidad. El flúor protege y refuerza el esmalte dental contra los ácidos que atacan nuestros dientes. Además, es capaz de remineralizar el esmalte después de los primeros daños causados por estos ácidos.

Por lo tanto, en la composición de los dentífricos debe haber una cantidad de flúor notable. Los expertos la sitúan por encima de mil partículas por millón (1000 ppm). La mayoría de pastas del mercado rondan los 1450 o 1500 ppm, pero hay muchas otras que están por debajo y no protegerán tu boca correctamente. De hecho, cepillarse con pastas con cantidades bajas de flúor es equivalente a hacerlo solo con agua.

Además del flúor, también es recomendable cepillarse correctamente, es decir, sin enjuagarse justo después para evitar que se pierda la acción del flúor. También es conveniente controlar el porcentaje de elementos abrasivos que contienen los dentífricos para prevenir daños al esmalte y evitar la aparición de la sensibilidad dental.

Así que ya sabes, a la hora de elegir un dentífrico, mira bien la composición y no te dejes llevar por la publicidad o el precio. También te recomendamos acudir al odontólogo para que te recomiende el tipo de pasta más adecuado para ti en cada momento.