Con el cambio de clima hacia la primavera y los días cálidos, las alergias primaverales no se hacen esperar. Sobre todo en los últimos años en los que, de acuerdo a la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), se esperan altos niveles de pólenes, al menos en España.

Lo que muchas personas desconocen, incluso los mismos alérgicos, es que este tipo de patologías no sólo afectan a las vías respiratorias y la piel, sino también a la salud bucodental. En la práctica, la boca y los dientes se ven afectados de manera indirecta por el típico cuadro de congestión general.

¿De qué manera afectan a la salud bucodental las alergias primaverales?

Como vemos, las alergias primaverales no atacan directamente la salud bucodental. De hecho, muchas personas alérgicas sufren dolores dentales sin saber sus causas. El motivo por el que la boca se ve afectada es por la inflamación y obstrucción de los conductos bucales.

Al estar las vías respiratorias ocupadas por mucosidad, los senos maxilares presionan hacia abajo. El dolor proviene de las raíces de los molares presionadas y expuestas a la sensibilidad del frío, del calor o del movimiento. En definitiva, la congestión nasal pone en jaque ojos, nariz, y boca.

La sequedad bucal y las alergias primaverales

Otro riesgo de la rinitis por alergia en combinación con la salud de la boca, es el exceso de sequedad de esta última. Realmente es la propia rinitis o nariz taponada la que provoca que se respire por la boca. Con ello, la boca se seca con mayor frecuencia si no hay suficiente hidratación.

De este modo, la misma causa acaba siendo consecuencia de complicaciones. Es decir, que a partir de las alergias primaverales que generan que la boca se reseque, se expone esta cavidad a mayores bacterias internas y externas. No olvidemos que la sequedad bucal genera el clima propicio para que bacterias y gérmenes proliferen.

¿Qué problemas se desencadenan al respirar demasiado por la boca?

En primer lugar, los dientes y molares quedan expuestos a la aparición de caries. Además, la presencia bacteriana en la boca es sinónimo casi indiscutible de halitosis. Pero no es sólo el hecho de respirar por la nariz lo que causa sequedad bocal con las alergias primaverales. Son también los antihistamínicos que se suministran para aplacar las alergias los que tienden a resecar la boca.

Lo conveniente es el tratamiento para paliar los efectos de la alergia en el organismo. Los gérmenes mucosos tienden a acumularse en los senos paranasales o maxilares; de modo que la prioridad es controlar la presencia de agentes patológicos en la cavidad bucal, para luego realizar la visita al dentista.

En síntesis, quienes están atravesando un proceso alérgico deben hidratarse y mantener ante todo la higiene bucodental. Si se está padeciendo una de las típicas alergias primaverales y duelen los molares superiores, realmente hay una relación de causa y efecto.